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Mi residente de primer año

Foto del escritor: Annie.Annie.

Me ofrezco a llevarla a casa y me rechaza cada vez que lo hago. La invito a cenar y me rechaza. La convido a festivales y me rechaza.Sé que su naturaleza latina la hace dudar de todo lo que hago, de lo que hacemos, pero ¿cómo hago para que confíe en mí, al menos una sola vez? No soy como esos hombres que sólo buscan ganar su confianza para aprovecharme de su ingenuidad. Yo sí quiero hacerla parte de mi vida, parte de mi diario vivir, de mí.


Después de múltiples rechazos he decidido que la haré mi compañía mientras la acerco a la parada de metro, total, es mi culpa que nuestro turno se haya prolongado y todavía más, que ella tenga que llegar tarde a casa. Sé que hace esto por aprender, por ser una buena médica internista sin embargo, yo, lo hago por tenerla cerca de mí, porque disfruto de su compañía. Es por esto que la he pedido como la residente de primer año quien me acompañará en mis próximos turnos. Pese a que es latina y que es tan diferente a mí, sé que tengo mucho que aprender de ella, de su cultura, de su vida, de su medicina. Y estoy dispuesto a todo, sólo por ella.


Sé que ahora mismo debería estar estudiando así como asumo que ella sí lo está haciendo. Pensar en su larga cabellera color castaño, sus facetas latinas, y su sonrisa sin igual, no me permite hacer otra más que admirarle a lo lejos.


Es más increíble que un par de canciones de Ne-yo sean mi inspiración para escribir estas líneas que sin duda me gustaría que ella algún día leyera. Pero conociendo su procedencia y la enfermedad que su cultura colombiana posee, prefiero dejarlo para un par de meses después. En estos momentos, sólo me enfoco en algo: ser parte de su vida.


La otra noche, me ha contado que le han robado el pago de su salario justo después de reclamarlo, así que ha tenido que recurrir a la realización de turnos nocturnos con tal de recuperar algo de lo perdido. Me ha llegado a guardia en mal estado, ojerosa, con sueño, irritable, descoordinada, con déficit de atención. Inaceptable. Conozco sus capacidades, sé que algo malo ha sucedido en su vida. Luego de haber hecho un par de averiguaciones, encontré el motivo: le han robado su salario y no tiene como sostenerse en un país donde literalmente se encuentra sola. Pero no está del todo sola, me tiene a mí. No lo sabe pero me tiene a mí. No lo sabe no porque sea una ignorante en el tema, no lo sabe porque no me ha dejado entrar en su vida. Aunque ella no me ha contado lo que ha acontecido en su vida, yo ya lo sé: tiene un problema y no sabe cómo resolverlo. Y ¡vaya problema! qué difícil ha de ser tener que resolverlo sola, ya que su familia se encuentra en otro continente. ¡Otro continente!


Le he ordenado que vaya a casa a descansar, que se tome el día libre. La he eximido de sus responsabilidades, de sus pacientes, de sus turnos, de sus interconsultas y de sus investigaciones con tal que pueda al menos reposar unas 7 horas. Sé que son las mínimas horas que necesita ella para reponerse. La necesito despierta, dispuesta, pendiente, atenta, la necesito conmigo pero la quiero sana. Debido a mi decisión claramente mostró disconformidad pero no puedo arriesgar la vida de mis pacientes y mucho menos la de mi mejor residente hasta ahora. ¿O será de la residente que me roba el sueño hasta ahora? En todo caso, es mejor que se tome el día libre. Pero claro, ¡qué descuidado he sido! Ella no tiene donde dormir porque claro, al no tener efectivo con que costear su estadía en un piso aquí en Corea, lo mejor para ella es dormir en las camas ofrecidas para que los doctores la usen cuando sientan la necesidad de dormir. ¿Qué he hecho entonces? Procedí a dejarle un mensaje en su escritorio diciendo:

- No estaré en casa en todo el día, tomaré tu turno y el mío seguido, 18 hrs seguidas. Aprovecha para dormir. Sólo hay una copia de la llave de mi piso. Ve, duerme, reponte y regresa para iniciar tus actividades pronto. No te quiero ver en el hospital. Si necesitas transporte, he dejado las llaves del coche en mi gaveta del escritorio. Siéntete libre de tomarlo. Dr Shao.


Una nota y un orden fue suficiente para que mi residente acatara mis órdenes, al fin. Después de 18hrs de turno, he llegado a casa donde recuerdo que durante mi largo y extenuante turno he recibido un mensaje a mi móvil diciendo:

-He dejado las llaves del piso en la matera a la izquierda. Y he dejado la del coche colgadas donde debería. Probablemente siga durmiendo. No tendré cómo agradecerle jamás. Gracias por todo.


Procedí a buscar las dichosas llaves entre la tierra de la planta de la izquierda. ¡Vaya costumbres tan extrañas de los latinos! Las he encontrado y he ingresado a casa. Ella tenía razón, seguía durmiendo después de tan extenuante jornada pero dormía en una cama improvisada que ha realizado justo en el dinning room de mi casa. Quién lo creería. Teniendo en mi cuarto, una cama tan grande, tan cómoda, tan suave. ha preferido dormir en el suelo en una provisional cama. ¡Latinos! es lo que me repito con cada acción inusual de su procedencia. No me explico su forma de actuar tan rara.


Han pasado no sé cuántas horas. Pero sé que aún, la alarma de las 7 de la mañana no ha sonado sin embargo veo una luz encendida en mi piso. Me asomo a ver qué está aconteciendo y me encuentro con un evento otra vez, atípico para mí: mi residente, despierta, frente al computador con una tasa de café y abrigada hasta no poder más. Le pregunto: - ¿Qué estás haciendo? - Dr, ¿qué hace despierto a estas horas? - ¿A caso qué horas son? - le respondí - Son casi las 4 de la mañana - ¿Qué estás haciendo? - le he preguntado con más misterio todavía. ¿Quién en su sano juicio se levanta a las 4 de la mañana a trabajar? - Me estoy poniendo al corriente, doctor. Ayer perdí muchísimo tiempo productivo. Es hora de recompensarle todo lo que ha hecho por mí.


Y sin preguntarle me ha actualizado sobre los exámenes y las imágenes diagnósticas que les pedí a mis pacientes en mi turno de ayer. No sabía que los resultados los subían a la madrugada en el sistema y creo que ella tampoco lo sabía, hasta ese día. Me ha actualizado todo sobre los 22 pacientes que tiene asignado puesto los otros 22 pacientes del servicio lo tiene su compañero de primer año.


He revisado todos sus avances y sin duda cada vez creo que esta chica está más loca de lo que pensaba. Haber hecho todo esto le tuvo que tomar al menos 3 horas, es decir, se tuvo que haber levantado a la media noche. Me ha sabido sorprender. Adelantó todo lo que teníamos que haber hecho en la mañana, tenemos la mañana libre prácticamente, solo tendremos que pasar guardia, seguir el plan terapéutico que mi residente ha establecido y quedamos libres. ¿De qué están hechos estos latinos? Me los imaginaba más perezosos, más holgazanes.


Mi residente me ha comentado que necesita salir de mi casa, con sus cosas, siente la necesidad de salir a buscar un hogar donde sentirse cómoda pues en mi casa, claramente no lo está. Y ¿quién lo estaría estando en la casa de tu jefe?


Me he ofrecido a ayudarle a conseguir un piso y a llevarle sus cosas hasta su nueva casa. Finalmente ha accedido. Es la primera vez que no me rechaza. He encendido mi Jaguar I Pace para acercarla a su primera visita a la que será su nueva casa. Ella no lo sabe, pero no sabe cuán feliz me hace saber que conozco dónde vive, al menos ya sabré a dónde tendré que venir a buscarla, a dónde podré mandarle flores. Y pensar que antes no me sabía ni su nombre, sólo la distinguía por su nacionalidad.

-hecho a puño, letra y café mío-
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